Me gusta escribir como el que mata,
oculto en una casa abandonada.
“Llueve en la calle, suenan las sirenas,
la policía te busca...”
- Haré fuego con un trozo de saco.
“No es prudente, la humedad nos delata.
Salta en el aire cuando la percutes
como un grito de túmulo”.
- Hay algo en la calle que no me gusta.
Una niebla amarilla que no cede,
y los coches que huyen en estampida
por un Oeste de sombras.
Mi último cadáver fue bonito.
Parecía dormir como el diamante
o como un cuchillo en el río
que bañaba mi infancia.
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