martes, 4 de enero de 2011

EL TÉ, LA MUERTE, EL SOL VESPERTINO Y EL POETA

Se retaron el Té, el Sol y la Muerte.

Me nombraron juez en su justa abstracta

y no supe qué decir.


Observé la tarde a través del vaso,

entre vaivenes de sangre cobriza,

como un telón burbujeante.


La mano huesuda lanzó los dados,

el ojo celeste abandonó

y silbó el agua hirviendo.


-  ¿ Qué queréis que os diga  ?, respondí.

 Sólo quedamos el líquido y yo ,

contestó la calavera.


Y fue tan amplia su sonrisa

que sus dientes salieron disparados

y lucieron en el cielo.


Contemplé, triunfante, la bolsa fría

acurrucada en el fondo de vidrio

y dormí como un chamán.

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