jueves, 27 de enero de 2011

MONÓLOGO DEL FALSO VLAD DRACUL

Cuando en el horizonte se derrame
una copa de vino
y os deslicéis cansados
como la espuma de su contenido,
hacia el gaznate de vuestra morada,
me temeréis.

Vuestro dios me condenó a la memoria
y desde entonces basta
un susurro en el bosque
para que sean robadas mis lágrimas
por la tierra que ansía mi cuerpo
sin conseguirlo.

Me apropiaré de vuestras mujeres,
serán pasto de lobos
vuestros hijos no natos,
porque están escritas en la superstición
del hombre mi victoria y mi derrota,
(y no lo saben).

Estúpidos aldeanos de ciudad.
Pensabais acaso
que la estaca y el ajo...
No... Mi hogar no está en cajas de tierra.

En la oscuridad de los templos mudos
me adoraréis.

          

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