Yo.
Mirando el cambio
de las formas
en el agua.
Tú.
Te volviste plata
en las montañas.
La lágrima bajaba
helada hasta el arroyo.
Yo voy subiendo solo
la cuesta hacia la luna.
Veo formas en el agua.
No es ayer ni mañana.
Dibujada en el fondo
la flor de la Granada.
Ya no soy el rey
que antes reinaba.
Disfrazado de mendigo
y enredado en telarañas.
¿Dónde quedó el camino?.
Ése que una vez pasé,
que no consigo
y que todavía no olvido.
¿Y la casa de las mil noches
cosidas en papel
en su piel de pared
luminosas y radiantes?.
El mismo marco frondoso
lleno de carmín de luna.
Las sendas que recorrimos
aguardan en la espesura
la vuelta de nuestros pasos.
Perdidos.
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