No habrá yelmo donde entren tus mofletes
de amigo tonto del chavo del ocho,
ni madera de héroe, ni aun de Pinocho,
ni de Babieca tienes, ni prometes;
ni siervas que se dejen dar cachetes
(hoy saben mucho las hijas del mocho)
verás por tus tierras. Con calimocho
te sacarán coplas los mozalbetes.
Para la honra de tus damas, ovejas,
carretes al peso habrás de comprar
y emplear en zurcir virgos mil viejas;
y sabrás lo que la espalda es doblar
cuando los moros, captivo tras rejas,
quieran contigo pernada gozar.
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