Mi casa está donde dejo el sombrero.
Con trozos de mapas hago mi cama.
Cruzada atea sin armas, sin dama,
sin rey emprendo, con poco dinero.
Tal vez quede en mí aquel camarero
que aguantaba estoico al jefe que brama,
oscuras mujeres de dudosa fama,
narcorrocieros de ruín monedero.
Entretenedor que busco mi sino
por playas de cibernética arena
repartiendo ostias por el camino
a quien las busca, con gloria y sin pena,
como un sacerdote en mi submarino,
tal vez pensando en alguna sirena.
Más preciso imposible. No menos que un soneto para ese genial poeta que fue Irish.
ResponderEliminarEsta bueno ver el mundo desde tu submarino se ve muchísimo mejor que desde ciertas autodenominadas cumbres.
Grandísimo tu recuerdo!
Hola Buzo!!!!
Buzo a Julieta: Lo bueno es que él leyó el poema y le gustó. Así me lo dijo. Se lo dediqué en correspondencia a un post que me dedicó. Siempre estaba animando. A veces pienso que es más afortunado que todos nosotros. Sólo me basta poner un pie en la calle para asistir a un penoso espectáculo de miserias humanas que tan bien sabía él retratar en sus escritos. Es por días esto que me dá...
ResponderEliminarHola Julieta!!!!